Cada 29 de agosto que pasa confirma que a la mayoría de los letrados tucumanos poco le interesa recordar a Juan Bautista Alberdi (1810-1884), prócer cuyo natalicio es -paradójicamente- conmemorado por el Día del Abogado. Año a año los actos tradicionales exhiben esa indiferencia extendida con convocatorias raquíticas donde la presencia de autoridades institucionales suele mitigar el éxodo de profesionales rasos. Pero ayer el protocolo y la cortesía siguieron la corriente general, y el vacío que desde hace un tiempo dejan los poderes Ejecutivo y Legislativo se agrandó gracias a la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, que no tuvo representante en el homenaje a cargo del Colegio de Abogados de la Capital, pese a que había asueto en los Tribunales locales.
En ese auditorio con abundantes butacas reservadas libres, Francisco García Posse, presidente de la entidad intermedia, se refirió al avance de la impunidad y no se anduvo precisamente con vueltas. “El Estado ha fallado. Podrán diferir los diagnósticos y podrá haber intencionalidad, impericia o dramática carencia de medios. No obstante ello, es siempre el Estado el que nos debe una investigación eficiente y es siempre el Poder Judicial el que no ha dado la respuesta”, remarcó.
Los ejemplos
Entre los dramas impunes García Posse mencionó la desaparición con vida aún irresuelta de María de los Ángeles “Marita” Verón, y el secuestro y asesinato de Paulina Lebbos, pero precisó que hay muchos otros casos de tragedias semejantes que no son conocidos y cuya condición de “invisibles” abonan la indiferencia. El dirigente gremial afirmó que en un intento de comenzar a perforar esa insensibilidad habían logrado que la Federación Argentina de Colegios de Abogados (FACA) declare al 26 de febrero como Día Nacional de Repudio a la Impunidad en el Estado de Derecho, en coincidencia con la fecha en la que comenzó el calvario de Lebbos.
Luego de anunciar la apertura de un registro de víctimas de casos impunes, García Posse criticó -sin nombrar- a Edmundo Jiménez, ministro público fiscal y pupilar. “La gravedad del tema nos debe convocar a buscar acciones más eficientes que el control de horarios o el mejoramiento de la relación entre los fiscales y la Policía porque, mientras tanto, a las víctimas las aporta la población”, lanzó. El comentario escéptico hizo referencia a la política de control de asistencia de fiscales, defensores y demás personal del Ministerio Público, y al protocolo judicial-policial que Jiménez anunció durante su primera semana como ministro fiscal de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia.
“Las virtudes del prócer Alberdi y la historia del Colegio, que jamás claudicó en la defensa de las instituciones, nos condicionan. Mientras haya Colegio, la salud institucional será vigilada. La sociedad espera que cumplamos esa función y estamos dispuestos a hacerlo, algunas veces con imperfecciones y otras, con demoras que provocan impaciencia”, se excusó García Posse, que compartió estrado junto al vicepresidente Ezio Jogna Prat y el prosecretario Rodolfo Moisá.
Escucharon el mensaje del titular del Colegio de Abogados de la Capital, entre otros, la camarista federal Graciela Fernández Vecino (en vías de jubilarse); el legislador José Manuel Páez (Democracia Cristiana); Pedro Omodeo, presidente de la Federación Económica de Tucumán; el camarista penal Pedro Roldán Vázquez y Jorge Posse Ponessa, fiscal de Estado.
División sin respiro
Alberdi, Alberdi, Alberdi. ¿Qué diría el padre de “Las Bases” si pudiese ver que las diferencias de los colegas no ceden ni siquiera para el festejo de su cumpleaños? Dos coronas de flores idénticas fueron depositadas este año, por segunda vez consecutiva, en el sepulcro del padre intelectual de la Constitución Argentina. La primera de las ofrendas llegó a la tumba de la Casa de Gobierno a las 11 y llevó la firma de la Asociación de Abogados de Tucumán (AAT), organización refractaria a las conducciones del Colegio, y de la Caja de Previsión y Seguridad Social de Abogados y Procuradores de Tucumán.
Fernando Rogel Chaler, titular de la AAT, aprovechó el homenaje para criticar la ofensiva de la Caja contra los aportantes morosos y dijo: “no podemos permitir que quienes tienen la obligación de defendernos por haber sido elegidos legítimamente quieran ejecutarnos (...). Cuesta creer que, pese al visible fracaso de la Ley 6.059 (regula la Caja), algunos sectores de la abogacía se nieguen a debatir su modificación. Por eso, nosotros presentaremos nuestro proyecto la semana próxima”.
Luego fue el turno de la corona del Colegio, que cargaron García Posse; Adela Seguí, decana de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Tucumán, y César Nieva, subsecretario de Seguridad. Dante Mirra, el orador invitado de este tributo, dijo que Alberdi “hablaba”, que seguía “hablando”, pero que no era escuchado. Y recordó que al comprovinciano ilustre lo obsesionaba el cumplimiento de la ley. “Esa es la revolución que debemos hacer. El apego a las reglas y la educación nos darán progreso y libertad”, reflexionó ante tres decenas de presentes, entre ellos, Pedro Yane Mana, presidente de la Caja.
Mirra advirtió sobre la “tiranía de la apatía”, que se expande merced al discurso de que no hay solución posible para los problemas que la sociedad padece. Tales palabras cerraron el tramo solemne y poco concurrido del Día del Abogado y de Alberdi, que prosiguió con un ágape para 1.000 colegiados ($ 300 la tarjeta más barata) en el hotel Sheraton o un asado “gratuito” organizado por la AAT en Trancas.